Hola de nuevo ucieros!!
hoy os traigo un manual que me ha sorprendido enormemente por su contenido técnico y farmacológico, pero también por las recomendaciones a los profesionales que preparamos, manejamos y administramos citostáticos.
La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) publicó recientemente este completísimo manual que desde mi punto de vista es imprescindible en unidades (y Centros Sanitarios, como el nuestro) que tratan pacientes oncológicos. Qué importante la implicación, presencia y colaboración de los farmacéuticos hospitalarios, como nuestra queridísima Xelo Jordán, en los cuidados de nuestros pacientes y su consejo y guía para garantizar su seguridad.
Su estructura es simple y clara: prevención ( tal vez lo más importante), factores de riesgo y tratamiento, además de numerosos anexos que ahora veremos y una extensísima Bibliografía.
Existe una muy interesante catalogación de antineoplásicos que aparecen en una de las tablas, clasificados en Vesicantes, Irritantes de Alto riego, Irritantes de Bajo Riesgo y No irritantes.
Según esta misma clasificación, aparece una de las recomendaciones que a mí me parecen más importantes en relación a la vía de administración y selección del catéter.
Selección de vía
Utilizar preferentemente un catéter venoso central o un sistema tipo reservorio implantable (tipo Port-a-Cath®). Su uso es prácticamente obligado siempre que se administren antineplásicos con potencial vesicante o irritante de alto riesgo en infusiones prolongadas, en caso de pacientes politratados o con venas difíciles, y cuando se vayan a administrar antineoplásicos vesicantes o bien irritantes muy concentrados. En el documento recientemente publicado por Magallon-Pedrera y col., se propone el uso de vía central para todos los agentes vesicantes e irritantes, proponiendo un algoritmo de selección del tipo de catéter más adecuado, en función de la duración prevista del tratamiento y las condiciones del paciente. No obstante, el uso de vía central no está exenta de riesgos, tales como colocación incompleta y desplazamiento de la aguja, formación de trombos o vainas de fibrina, perforación de la vena y rotura. En ausencia de vía central, pueden utilizarse catéteres periféricos de diámetro pequeño evitando el uso de agujas con aletas (“palomitas”). El uso de cánulas flexibles de 19- 21G permite una infusión más rápida y minimiza la potencial irritabilidad de estos agentes. Las cánulas más pequeñas (22 o 23G) son más fáciles de insertar, producen menos dolor y flebitis.
Por último, dentro de las tablas que contiene el manual aparecen las medidas físicas y farmacológicas recomendadas según el antineoplásico extravasado, un recurso valiosísimo.
Por último, entre los anexos, encontramos un nuevo recurso IMPRESCINDIBLE: esquema resumen sobre el procedimiento de actuación ante una extravasación de antineoplásicos. Dos páginas que deberían estar plastificadas en un mural bien grande en todas las unidades de oncología y en aquellos servicios donde se administren estos fármacos.
Os dejo a continuación la descarga directa (que también podéis hacer desde la web de la SEFH)
No quiero cerrar este post sin reconocer el trabajazo que a diario realizan compañeros en el ámbito de la innovación de los PICC-Port, especialmente mi queridísima Gloria Ortiz y los compañeros de GAVECELT (tengo un post pendiente para presentaros todos los recursos e iniciativas que tutelan).
Aquí, lo último de lo último en PICC-Port…
Espero que os sea de utilidad