Hoy tenemos la suerte de contar en Salud Conectada con la experiencia y la excelente visión de Rubén Aller, ingeniero vinculado al entorno sanitario desde hace más de 15 años, con amplia experiencia en telemedicina y áreas de negocio y que en los últimos años se está adaptando para ofrecer servicios propios de innovación, liderazgo, mercado, marketing, gestión para obtener una tecnología más próxima al paciente.
Rubén se define como una persona enganchada al conocimiento emprendedor y realiza mentorías a alumnos de la Escuela de Organización Industrial (EOI) en proyectos fin de master relacionados con la sanidad. Tiene varios proyectos en marcha en fase “LeanStartups” donde dentro de poco cambiaran el rumbo de algunos conceptos de la sanidad.
Y ha tenido la amabilidad de acercarnos al concepto “Economía Circular” en el entorno sanitario.
Podéis seguirle a través de Twitter, en su cuenta de LinkedIn o conocer su excelente blog.
La sociedad evoluciona hacia una economía circular. Aunque la Sanidad debe diseñar estrategias para consolidarla como un sector clave, circular y eficiente.
LA ECONOMÍA CIRCULAR, UNA ALTERNATIVA GENERADORA DE VALOR
La Economía Circular es el nuevo paradigma de desarrollo que la Unión Europea está desarrollando para hacer un planeta más habitable y sostenible.
Hasta ahora hemos seguido el modelo de Economía lineal. Donde solo nos hemos dedicado a consumir los recursos del planeta y a tirar los residuos.
La economía lineal ha conseguido que agotemos nuestros recursos y que llenemos de residuos el planeta.
Pero todavía hay oportunidad para hacer un planeta mejor. Y una de las oportunidades es la “ECONOMÍA CIRCULAR”.
Con la economía circular se consigue que productos, componentes y materiales mantengan su valor y su utilidad de modo permanente a lo largo de todo el ciclo de vida. Beneficios:
- Beneficios ambientales.
- Beneficios sociales.
- Sostenibilidad económica.
- Valor añadido para las empresas.
- Y un planeta para volver a disfrutarlo y vivirlo.
Estos aspectos necesarios para garantizar la sostenibilidad de los recursos y la diversidad ecológica en un contexto planetario globalizado, complejo, y a menudo, imprevisible.
Se trata de un modelo que tiene en cuenta tanto aspectos económicos como ambientales y sociales, basado en el principio de «cerrar el ciclo de vida» de recursos, productos, servicios, residuos y materiales, potenciando el rendimiento de las cadenas de valor.
Las especiales características y la complejidad del actual escenario económico exigen optimizar el retorno de las inversiones en medios y recursos de todo tipo, y extender al máximo el ciclo de vida de los productos. Los recursos, sobre todo los naturales y de índole limitada, son cada vez más costosos y escasos, lo cual conduce a la necesidad de gestionarlos con rigor, y de utilizarlos de una forma que evite el despilfarro a lo largo de todo el ciclo productivo.
La economía circular es conseguir una política de residuos cero
Para conseguir este objetivo, se debe erradicar el esquema lineal extracción – transformación – uso – eliminación, que presta escasa atención a si los productos, sus componentes o los recursos empleados en su fabricación, son utilizados o no de modo racional. Con este proceder, los materiales son empleados con un solo fin específico, para luego ser en parte eliminados bajo la forma de residuos, sin tener en cuenta que éstos pueden también constituir valiosos recursos productivos. Frente a esta situación, cabe sustituir el modelo lineal por opciones del tipo reducción – reciclaje – reutilización – recuperación, los fundamentos esenciales de la circularidad, acompañados de la implantación de nuevos modelos de negocio y consumo basados en los principios de la sostenibilidad.
La economía circular es un modelo susceptible de ser aplicado a cualquier actividad, independientemente de su naturaleza y condición. Además, debe formar parte de estrategias transversales y a largo plazo que comprometan solidariamente a todos los agentes sociales, económicos y políticos implicados en su adopción. Desde luego, si se persigue tal objetivo, un sector tan complejo como el de la Salud no puede permanecer fuera del planteamiento circular, que no solo constituye una valiosa oportunidad, sino también un reto y un requisito insoslayable.
La economía circular va desde:
- Ecodiseño donde los productos y servicios que se diseñan deben tener el impacto medioambiental a lo largo del ciclo de vida del producto y que se deben integran es su concepción.
- La ecología industrial y territorial: establecimiento de un modo de organización industrial en un mismo territorio caracterizado por una gestión optimizada de los stocks y de los flujos de materiales, energía y servicios.
- La economía de la “funcionalidad”: privilegiar el uso frente a la posesión, la venta de un servicio frente a un bien.
- El segundo uso: reintroducir en el circuito económico aquellos productos que ya no se corresponden a las necesidades iniciales de los consumidores.
- La reutilización: reutilizar ciertos residuos o ciertas partes de los mismos, que todavía pueden funcionar para la elaboración de nuevos productos.
- La reparación: encontrar una segunda vida a los productos estropeados.
- El reciclaje: aprovechar los materiales que se encuentran en los residuos.
EL SECTOR DE LA SALUD FRENTE AL DESAFÍO DE LA SOSTENIBILIDAD
La sanidad es un sector que el camino hacia la circularidad está requiriendo de más tiempo. Debido a aspectos importantes como es la seguridad del paciente, la higiene y la privacidad.
Otro factor que hace que vaya lento es que todavía falta equipos multidisciplinares que hagan que impulsen estas ideas y que lideren la transformación circular.
Sobre todo, debe haber una apoyo y liderazgo de las gerencias de los organismos sanitarias que impulsen el cambio y creen una responsabilidad social en sus instituciones.
La sanidad debe afrontar el reto ineludible de asegurar tanto la sostenibilidad del sistema sanitario y la de nuestro entorno.
Si cuidamos nuestro entorno cuidadnos nuestra salud.
Los cambios que está sometida nuestra sociedad hace provoca un incremento de la de la demanda de servicios de sanitario, en cantidad en calidad y sostenibles.
La circularidad, aplicada a la gestión de los centros de Salud, puede aportar interesantes ventajas como elemento generador de valor y como fuente de ahorro, sin dejar de lado que ambos aspectos contribuyen también a prevenir errores que pueden comprometer la sostenibilidad y la seguridad ambiental.
Son conocidos los casos de sobredimensionamiento de centros e instalaciones hospitalarias, llevados a cabo con el desembolso de inversiones difíciles de amortizar en plazos razonables, y el diseño de centros de salud con equipamientos de elevado coste que luego no son utilizados de acuerdo con su capacidad potencial, transformándose en una fuerza productiva infrautilizada y ociosa.
EL SECTOR DE LA SALUD FRENTE A LAS OPORTUNIDADES DE LA CIRCULARIDAD
La cadena de valor del sector de la Salud consume una cantidad significativa de recursos primarios, tales como agua, energía, metales y compuestos químicos. Además, genera un importante volumen de residuos por el empleo generalizado de productos de un solo uso, y por la acumulación de materiales y equipos no utilizados, obsoletos o caducados. En un hospital, los términos “usar y tirar” y el concepto de “un solo uso” constituyen prácticas habituales, y aunque su objetivo sea mejorar la salud de los pacientes y ciudadanos, no por ello dejan de ser prácticas poco sostenibles.
Como respuesta a esta situación, la Sanidad debe implementar estrategias de economía circular para ganar eficiencia y convertirse en un sector sostenible y líder en cuidar al planeta.
La sanidad debe aplicar la economía circular, es el único camino hacia el objetivo de un entorno saludable y equilibrado para el planeta y sus habitantes. Para lograrlo, ha de adoptar estrategias de gestión responsables, alineadas con la adopción de las herramientas que hoy en día ponen a disposición la tecnología y los modelos de gestión multidisciplinares y de liderazgo.
La sanidad ofrece oportunidades reales para aplicar con éxito las mismas iniciativas de economía circular que han demostrado su éxito en el entorno industrial y de servicios.
Ejemplos que se pueden hacer en Sanidad:
- Remanufacturación de equipamiento médico.
- Pero también el pago por uso de los equipos, de esta manera no se compra el equipo, pero te permite tener actualizado el equipo a la última tecnología sin gastos ya que el responsable de que este correctamente será el fabricante.
- En otra línea es la generación de residuos orgánicos por medio de la comida, crear menús con menos cantidad y aprovechar la comida sobrante hacia comedores sociales. Hay líneas en otros sectores que empiezan a funcionar.
- Existe también la responsabilidad social, una empresa u organismos que sea circular va más allá de ser sostenible es disponer de una gestión comprometida con el planeta para que nuestro entorno también sea participe en la mejora de la salud de los ciudadanos.
- Los personales sanitarios también podrán ser circulares y llevar las buenas prácticas a su entorno laboral pero también a su entorno personal.
- Pedir a proveedores que sean circulares, que los productos que suministren sean más circulares.
- Aplicación de Big Data y blockchain para obtener mejores resultados.
- Edificios más eficientes e inteligentes.
- Políticas de gestión de residuos con más aprovechamiento. ¿Por ejemplo, por qué no vender algún residuo a un proceso industrial de otro sector?, existe bases de datos de residuos para que puedan ser aprovechados.
- Economía colaborativa, donde se pueden poner en contacto personas con problemas con personas con soluciones. O conocer el estado de ciertos recursos para sacar más provecho del mismo.
Estos son algunos de los ejemplos que se pueden realzar con la economía circular, aunque hay muchos más.
Salud conectada es una Sanidad Circular
En una sanidad que empieza a despegar en el entorno digital hace que se genere nuevas oportunidades hacia la economía circular.
La salud digital es particularmente relevante en este campo. Empoderar a los ciudadanos requiere dar las herramientas para tener un mayor entendimiento de su salud y bienestar, permitiéndoles así ser más independientes en el cuidado de su propia salud y de sus seres queridos. Esto hace que el ciudadano sea más consciente de su entorno y sus hábitos de consumo haciendo que se aplique la economía circular en el día a día de los ciudadanos.
¿Que conseguimos? Un entorno más saludable una salud más cuidada y fuerte. Con un impacto de reducción de costes en los sistemas sanitarios.
El papel de las redes sociales es crítico para que esto funcione. Contribuyen a difundir el mensaje, dar a conocer el concepto, pero también a crear comunidad que proporciona conocimiento entre profesionales para hacer hábitos circulares en los puestos de trabajo y en la vida personal del profesional sanitario y pacientes.
La conectividad y la colaboración digital ayuda a difundir un mensaje de circularidad, además ahorra costes al estar todo digital y sobre todo crear responsabilidad social en las organizaciones sanitarias.
Big Data, Blockchain colaboran a encontrar modelos más productivos al estar todo conectado y sin generar residuos. Producen flujos de información que aplicados pueden hacer un entorno más saludable.
La conectividad digital nos plantea el reto de hacer global la economía circular, entrelazar las acciones personales con las profesionales y facilitar los hábitos para que todo sea más circular.
Hospitales conectados proporcionan más soluciones e innovación para lograr el cambio de una sanidad circular.
¿Aceptas el reto de ser circular?
Entre todos podemos hacer una SANIDAD CIRCULAR.
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