El primer post del año llega tarde, pero llega cuando me siento inspirado y motivado para compartir información con vosotros/as. Esta vez para hablar de las infecciones de trasmisión sexual (ITS) y sus recomendaciones de cribado.
Este tipo de infecciones pueden no dar síntomas en muchos pacientes, si bien sus complicaciones a largo plazo pueden ser devastadoras: infertilidad, dolor pélvico crónico, cáncer cervical e infección crónica de la hepatitis y VIH.
Las recomendaciones de cribado tienen en cuenta, por una parte, diversos factores de riesgo como puede ser tener múltiples parejas sexuales, nueva pareja sexual en los últimos 60 días, uso inconsistente o nulo de condón fuera de una relación sexual monógama (y no solo en la penetración vaginal o anal, también durante el sexo oral), contacto sexual con trabajadoras sexuales, etc. Por otra parte, se tienen en cuenta diversos grupos de riesgo, debido a la alta prevalencia de ITS en los mismos o por una alta morbilidad: edad joven (15 a 24 años), historia de ITS previa, estado seropositivo, mujeres embarazadas, hombres que tienen sexo con hombres (HSH), etc1.
A la hora de tomar las muestras en diferentes localizaciones y evaluar el riesgo de ITS, es importante contar con una historia sexual completa, preguntando por las prácticas sexuales que se realicen, el adherencia a método de barrera como el condón, el número de parejas sexuales que se tengan (estables y/o esporádicas), antecedentes de ITS, etc.
Teniendo todo esto en cuenta, si bien toda persona sexualmente activa tiene algún riesgo de ITS, el cribado no es práctico de forma generalizada: los grupos de riesgo específicos deberían ser un objetivo claro. En otros casos, la detección depende de la evaluación del riesgo personal de un individuo de acuerdo a los factores de comportamiento o la prevalencia de infección en la comunidad.
Algunas de las recomendaciones son1:
- Examinar al menos una vez a todos los adultos y adolescentes sin VIH para detectar infección de VIH.
- Para mujeres menores a 25 años sexualmente activas, se deberían realizar pruebas de detección de clamidia y gonorrea de forma anual. La detección de sífilis, trichomonas, VHB y VHC estaría reservada para las personas con otros factores de riesgo (expuestos anteriormente).
- Para mujeres mayores de 25 años se deberían hacer pruebas de detección de ITS si tienen factores de riesgo (parejas sexuales nuevas o múltiples, diagnóstico reciente de ITS, etc). La detección de unas u otras ITS dependería de diferentes factores que podéis consultar en la referencia de este post.
- Para los hombres que tienen relaciones sexuales exclusivamente con mujeres, no se recomienda realizar cribados rutinarios para detectar ITS a menos que tengan antecedentes de ITS o busquen una evaluación de ITS.
- Para HSH, sería recomendable realizar un cribado al menos anualmente para detectar sífilis, clamidia y gonorrea genitales, clamidia y gonorrea (rectal u orofaríngea dependiendo de las prácticas sexuales). La detección de otras ITS dependería de diferentes factores que podéis consultar en la referencia de este post.
- Por último, las personas que solicitan una evaluación de ITS a menudo lo hacen debido a una exposición específica. En tales casos, se recomiendan pruebas para detectar gonorrea y clamidia (dependiendo de la práctica sexual de riesgo se obtendrá de una u otra localización), sífilis, VIH, Tricomonas (en mujeres) y HSV-2 por serología.
REFERENCIAS:
1.- Ghanem KG, Tuddenham S. Screening for sexually transmitted infections. UpToDate Inc. 2020. Available at: https://www.uptodate.com/contents/screening-for-sexually-transmitted-infections.