La vitamina D es muy importante para tu salud, para muchas funciones de tu organismo, como la absorción del calcio y fósforo, regula tu sistema inmunitario y tu sistema nervioso. También se relaciona con un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Sabrás si presentas déficit de esta vitamina mediante un análisis de sangre: valores por debajo de 20-30 ng/ml serán insuficientes y requerirán que lo suplementes bajo supervisión de un profesional de la salud.
Para mantener buen nivel de vitamina D tienes que exponerte al sol, mejor durante las horas centrales del día, de 10 a 15 h, así los rayos UVB del sol estimularán un precursor de esa vitamina que tenemos en la piel. Es importante que expongas la mayor parte de tu piel al sol y que sea sin protector solar. Lo ideal es que tus brazos o piernas reciban esos rayos de sol.
Existen alimentos ricos en vitamina D, pese a que no serán suficientes para elevar por si solos los niveles de vitamina D. Estos son el pescado (salmón, caballa, atún, sardinas), los lácteos y los huevos.
Si debes suplementarte, elige la vitamina D3, mucho mejor si la asocias a la vitamina K2 y al magnesio, ya que ayudan a la absorción y utilización de la vitamina D.
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